RESEÑA HISTÓRICA.

Durante las misiones que una madre de familia separada del padre de sus hijos, realizaba en la congregación para la cual trabajaba “LUMEN DEI”, sentía profundamente la necesidad y el grandísimo deseo de contar con un lugar donde acoger madres en similares condiciones a las de ella, cabeza de hogar, para ayudarlas a levantar a sus pequeños.

Soñaba con todo lo que pudiera ayudar a cumplir esta labor maternal y paternal que las circunstancias les exigían y especialmente en el ámbito religioso. Que tales niños conocieran a Dios, amaran y vivieran para Dios, aun si su vocación fuera el matrimonio. Dios llama a la santidad a todos, es la vocación universal de todos los hombres.

Ya de Lumen Dei recibía el ejemplo de vida de santidad, de misiones llevadas a cabo con verdadero celo, etc. Se trataba de una colombiana, Clara Eugenia Laverde Rodríguez, nacida en 1951, madre de 3 hijos.

En noviembre de 2008 conoció la Devoción a la Preciosísima Sangre. Esto marcó y cambió su vida por completo. Esta devoción es la base primaria de la Comunidad. Esta consagración y la del Inmaculado Corazón de María son imprescindibles para pertenecer a la Comunidad.

Para el año 2016, recibió de su segundo hijo, Mauricio, la gran noticia, que ella había esperado siempre, de que él dejaría de trabajar para el mundo y se dedicaría a Dios.

Unieron pareceres, sentires y anhelos… él le comunicó a su madre que había sido inspirado de venir a Colombia, que tenía medios económicos que había entregado completamente a la Virgen y con los cuales podrían llevarse a cabo esos sueños que su madre le había participado desde hacía un tiempo. Todo esto en base a los últimos tiempos bíblicos que ya habían empezado a conocer e interiorizar.

Él empezó a enviarle dinero para la adquisición de vehículo, terreno, casa, fuera de una ciudad…

Acordaron como lugar Antioquia y como ciudad, Medellín.

Trabajaron juntos en las bases espirituales, nombre, reglamentos, etc.

En enero de 2017 se adquirió el vehículo, el primer terreno con casa. En diciembre del mismo año un segundo terreno con estructuras físicas que podrían adecuarse.

El 23 de diciembre de 2017 llegó el Santísimo Sacramento del Altar a través de un Sacerdote P. Fr. Eduardo Soto, franciscano menor conventual, quien desde Caracas viajó a visitar a la Hna. Clara.

En febrero de 2018 se unieron las hnas. Zapata dando ya forma a la Comunidad. En el mismo mes, vistieron el hábito e hicieron promesas la Hna. Clara y Sor Noelia, bendecidas por el P. Luis Carlos Uribe. Se fundó FANA: Fundación Arca de la Nueva Alianza.

En julio de 2018 Mauricio llegó de Perú ya a vivir en Colombia.

En noviembre de 2019 se unieron espiritualmente Amparo Suárez y su hija Margaret Cortés, vendiendo todo lo que tenían y poniéndolo al servicio de la comunidad, con lo cual se pudo construir un salón de múltiples usos y realizar muchas mejoras.

En febrero de 2020 llegó desde España Ramón Medina. En mayo del mismo año 2020 tomó sus hábitos, hizo sus votos temporales y asumió el nombre religioso de Fr. José de la Inmaculada.

En febrero de 2021 Julián Herrera inició su postulantado.

En marzo 2021 nos visitó Mons. Nicolás Zapata Lopera, en abril 2021 fuimos aceptados como comunidad prelaticia.

Como seglares miembros que no viven dentro de CANÁ, tenemos Marta Zapata, hermana de sangre de las hnas. Internas, quién vive con su esposo. Tenemos también a Isabel Vargas, quien es también consagrada a la Preciosísima Sangre desde 2014 y participó conmigo en muchas actividades pre-fundacionales. Acude desde su residencia en Santander del Sur a todos los programas de la Preciosísima Sangre y por ella viviría en la Comunidad, pero tiene vivo a su esposo y su deber es a su lado. Está también la familia Gonzálvez en Argentina, Darío y Valeria, quienes tienen dos hijos. Ellos consagrados a la Preciosísima Sangre también hace dos años y desde entonces buscaron la manera de venirse, pero les fue imposible, pero viven desde allí nuestra espiritualidad y estamos muy unidos en la verdad.

Hay otras familias y personas con deseos similares y que nos colaboran en muchos sentidos. Cuando se fragüe un mayor compromiso ya serían parte concreta de CANÁ.

Lo que finalmente queremos todos, es que el Señor y la Virgencita nos ayuden a pesar de nuestras miserias, a permanecer fieles a su querer y deseosos de mantenernos unidos hasta dar nuestras vidas por el Reino de Dios, si así Él lo ha designado desde toda la eternidad.

Como parte de los apostolados de la Comunidad, aparte de ser fieles a los 6 llamados de la devoción a la Preciosísima Sangre, y a propagar esta devoción lo más posible, tenemos el anunciar EL REINO DE DIOS próximo a manifestarse y la PARUSÍA, por medio del apostolado llevado por Mauricio: YA LLEGA NUESTRA LIBERACIÓN.

COOPERADORES DE DIOS.

Con los esposos Gonzálvez y otros allegados a Caná, nos hemos propuesto, como otra de las misiones de CANÁ, que cada uno en su lugar, trabaje en un programa que hemos llamado COOPERADORES DE DIOS. El Señor ha ido inspirando y allegando almas gemelas a las nuestras que se han dedicado de una manera providencial a dar forma a este apostolado, innegablemente de Dios.

Comunicarles que el novicio Fray Jesús de María y del Espíritu Santo ha tomado los votos

Ya son 6 en la Comunidad masculina de CANÁ.